Novela: "Maravilloso Desastre"
Capítulo 34: "La primera y última vez"
—Espera un momento —me susurró con una
sonrisa y jadeando—. No tienes por qué hacer esto, Paloma. No es lo que había
pensado para esta noche.
Estaba conteniéndose, pero veía en sus ojos
que su auto control no duraría mucho.
Me incliné hacia delante otra vez, y en esta
ocasión sus brazos solo cedieron lo justo para permitirme rozar sus labios con
los míos. Lo miré con las cejas arqueadas, decidida. Me llevó un momento pronunciar
las palabras adecuadas, pero lo hice.
—No me hagas suplicar —susurré de nuevo
contra su boca.
Con esas cuatro palabras, sus reservas se
desvanecieron. Me besó con fuerza y ansias. Recorrí con los dedos toda su
espalda y me detuve en la goma de sus calzoncillos, recorriendo nerviosa la tela
fruncida. Entonces, sus labios se volvieron más impacientes y caí sobre el
colchón cuando él se abalanzó sobre mí. Su lengua se abrió camino hasta la mía
de nuevo, y cuando hice acopio del valor necesario para deslizar la mano entre
su piel y los calzoncillos, lanzó un gemido.
Peter me quitó la camiseta por encima de la
cabeza, y después su mano bajó impaciente por mi costado, agarró mis bragas y
me las bajó con una sola mano. Su boca volvió a la mía una vez más, mientras
subía la mano por la parte interior de mi muslo. Cuando sus dedos se pasearon
por donde ningún hombre me había tocado antes, solté un largo y entrecortado
suspiro. Se me arquearon las rodillas y me movía con cada movimiento de su
mano, y cuando clavé mis dedos en su carne, se colocó sobre mí.
—Paloma —me dijo jadeando—, no tiene por qué
ser esta noche. Esperaré hasta que estés lista.
Alargué la mano hasta el cajón superior de
su mesilla de noche y lo abrí. Cuando noté el plástico entre los dedos, me llevé
la esquina a la boca y desgarré el envoltorio con los dientes. Su mano libre dejó
mi espalda y se bajó los calzoncillos, apartándolos de una patada, como si no
pudiera soportar que se interpusieran entre nosotros.
El envoltorio crujió entre sus dedos y, tras
un momento, los sentí entre mis muslos. Cerré los ojos.
—Mírame, Paloma. Alcé los ojos hacia él: su
mirada era decidida y tierna al mismo tiempo. Inclinó la cabeza, agachándose
para besarme tiernamente, y entonces su cuerpo se tensó y empujó hasta estar
dentro de mí con un pequeño y lento movimiento. Cuando retrocedió, me mordí el
labio incómoda; cuando volvió a penetrarme, cerré los ojos por el dolor y mis
muslos apretaron con más fuerzas sus caderas, y me besó de nuevo.
—Mírame —susurró él.
Cuando abrí los ojos, volvió a penetrarme y
yo solté un grito por la maravillosa sensación ardiente que me causaba. Una vez
que me relajé, el movimiento de su cuerpo contra el mío se volvió más rítmico.
El nerviosismo que había sentido al
principio había desaparecido, y Peter agarraba mi cuerpo como si no pudiera
saciarse. Lo atraje hacia mí, y gimió cuando la sensación se volvió demasiado
intensa.
—Te he deseado durante tanto tiempo, Lali.
Eres todo lo que quiero —me susurró contra la boca.
Me cogió el muslo con una mano y se levantó
sobre el codo unos centímetros por encima de mí. Una fina capa de sudor empezó
a gotear sobre nuestra piel, y arqueé la espalda mientras él recorría mi mandíbula
con los labios y seguía en línea recta cuello abajo.
—Peter —suspiré.
Cuando pronuncié su nombre, apretó su
mejilla contra la mía y sus movimientos se volvieron más rígidos.
Los ruidos que emitía su garganta se
volvieron más fuertes hasta que, al final, me penetró una última vez, gimiendo
y estremeciéndose sobre mí.
Al cabo de unos pocos segundos, se relajó y
su respiración se volvió más lenta.
—Menudo primer beso —dije con una expresión
cansada y satisfecha.
Escrutó mi cara y sonrió.
—Tu último primer beso.
Estaba demasiado impresionada para replicar.
Se dejó caer a mi lado boca abajo, con un brazo sobre mi cintura y apoyando la
frente en mi mejilla. Acaricié la piel desnuda de su espalda con los dedos
hasta que oí que su respiración se volvía regular.
Me quedé allí tumbada durante horas,
escuchando la respiración profunda de Peter y el silbido del viento que hacía
tambalear los árboles en el exterior. Cande y Agus abrieron la puerta principal
en silencio y los oí recorrer de puntillas el pasillo, hablando entre
murmullos.
Habíamos empaquetado ya todas mis cosas
horas antes, y me estremecí al pensar en lo incómodo que resultaría todo por la
mañana. Había pensado que una vez que me acostara con Peter su curiosidad se saciaría,
pero en cambio estaba hablando de estar conmigo para siempre. Tuve que cerrar
los ojos al pensar en la expresión de su rostro cuando se enterara de que lo
que había pasado entre nosotros no era un principio, sino un final. No podía seguir
ese camino, y me odiaría cuando se lo dijera.
Conseguí zafarme de su brazo y me vestí. Con
los zapatos en la mano, recorrí el pasillo hasta el dormitorio de Agus. Cande
estaba sentada en la cama, mientras Agus se quitaba la camiseta delante del
armario.
—¿Va todo bien, Lali? —preguntó Agus.
—¿Can? —dije al mismo tiempo que le hacía un
gesto para que se reuniera conmigo en el pasillo. Ella asintió, mirándome con
recelo.
—¿Qué pasa?
—Necesito que me lleves a Morgan ahora
mismo. No puedo esperar hasta mañana. Un lado de su boca se curvó en una
sonrisa cómplice.
—Nunca has podido soportar las despedidas.
Agus y Cande me ayudaron con las bolsas.
Durante todo el viaje de regreso a Morgan Hall, no aparté la mirada de la
ventanilla. Cuando dejamos la última de las maletas en mi habitación, Cande me sujetó.
—Van a cambiar tanto las cosas ahora en el
apartamento…
—Gracias por traerme a casa. Amanecerá
dentro de unas pocas horas. Será mejor que te vayas —dije, abrazándola antes de
dejar que se fuera.
Cande no se volvió a mirar atrás cuando
salió de mi habitación, y yo me mordí el labio nerviosamente, sabiendo lo
enfadada que estaría cuando se diera cuenta de lo que había hecho.
Mi camiseta crujió mientras me la ponía por
la cabeza; la electricidad estática del aire había aumentado al aproximarse el
invierno. Como me sentía algo perdida, me hice un ovillo bajo mi grueso edredón
y respiré por la nariz. Mi piel seguía oliendo a Peter.
La cama parecía fría y extraña, un brusco
contraste con la calidez del colchón de Peter. Había pasado treinta días en un
estrecho apartamento con el golfo de peor fama de Eastern, y, después de todas las
riñas y de las visitas a altas horas de la mañana, era el único sitio en el que
quería estar.
Las llamadas de teléfono empezaron a las
ocho de la mañana y se repitieron cada cinco minutos durante una hora.
—¡Lali! —gruñó Euge—. ¡Responde al maldito
teléfono!
Extendí el brazo y lo apagué. Cuando oí que
aporreaban la puerta, me di cuenta de que no podríapasarme el día encerrada en
mi habitación como había planeado.
Euge tiró del pomo.
—¿Qué?
Cande la empujó para abrirse paso y se quedó
de pie junto a mi cama.
—¿Qué demonios está pasando? —gritó.
Tenía los ojos rojos e hinchados, y todavía
llevaba el pijama. Me senté.
—¿Qué pasa, Can?
—¡Peter está hecho un puto desastre! No
quiere hablar con nosotros, ha arrasado el apartamento, ha lanzado el estéreo a
la otra punta de la habitación… ¡Agus no consigue que entre en razón!
Me froté los ojos con la muñeca y parpadeé.
—No sé.
—¡Y una mierda! Vas a decirme qué demonios
está pasando, ¡y vas a hacerlo ahora mismo!
Euge cogió su neceser y se fue. Cerró de un
portazo y yo torcí el gesto, temiendo lo que pudiera decir al supervisor de la
residencia o, peor, al decano de estudiantes.
—Baja la voz, Cande, por Dios —susurré.
Apretó los dientes.
—¿Qué has hecho?
Había dado por supuesto que se disgustaría
conmigo, pero no que se pondría tan furiosa.
—No…, no sé —dije, tragando saliva.
—Golpeó a Agus cuando se enteró de que te
habíamos ayudado a irte. ¡Lali, por favor, dímelo!—me rogó, con los ojos
húmedos—. ¡Todo esto me está asustando!
El miedo de sus ojos me sonsacó solo una
verdad parcial.
—Simplemente no sabía cómo despedirme. Sabes
lo que me cuesta.
—Hay algo más, Lali. ¡Se ha vuelto
totalmente loco! Le oí gritar tu nombre y después recorrió todo el apartamento buscándote. Irrumpió en la
habitación de Agus preguntando dónde estabas. Entonces intentó llamarte. Una
vez, otra y otra… —Cogió aire—. Su cara era…, Dios, Lali. Nunca lo he visto
así. Arrancó las sábanas de la cama y las lanzó por los aires, tiró también las
almohadas, rompió su espejo de un puñetazo, pateó su puerta…, ¡la sacó de los
goznes! Ha sido lo más terrorífico que he visto en mi vida.
Cerré los ojos con fuerza y las lágrimas que
inundaban mis ojos resbalaron por mis mejillas.
Cande me ofreció su móvil.
—Tienes que llamarlo. Al menos tienes que
decirle que estás bien.
—Está bien, lo llamaré.
Volvió a ofrecerme el móvil.
—No, vas a llamarlo ahora.
Cogí el teléfono y acaricié las teclas,
mientras intentaba imaginar qué podía decirle. Me lo arrancó de la mano, marcó
y me lo devolvió. Sujeté el teléfono junto a mi oído y respiré hondo.
—¿Cande? —respondió Peter, con la voz llena
de preocupación.
—Soy yo.
La línea se quedó en silencio durante un
momento, antes de que él, por fin, se decidiera a hablar.
—¿Qué cojones te pasó anoche? Me desperté
esta mañana y te habías ido… ¿Te…, te largas sin más y ni te despides? ¿Por
qué?
—Lo siento…
—¿Que lo sientes? ¡Casi consigues que me
vuelva loco! No respondes al teléfono, te escapas y por… ¿por qué? Pensaba que,
por fin, habíamos aclarado lo nuestro.
—Solo necesitaba algo de tiempo para pensar.
—¿En qué? —Hizo una pausa—. ¿Es que… te hice
daño?
—¡No! ¡No tiene nada que ver con eso! De
verdad, lo siento mucho, muchísimo. Seguro que Cande ya te lo ha dicho. No se
me dan bien las despedidas.
—Necesito verte —dijo con voz desesperada.
Suspiré.
—Hoy tengo muchas cosas que hacer, Peter.
Todavía debo deshacer todas las maletas y lavar montones de ropa sucia.
—Te arrepientes —dijo con voz quebrada.
—No…, ese no es el problema. Somos amigos.
Eso no va a cambiar.
—¿Amigos? Entonces, ¿qué cojones fue lo de
anoche? —dijo, sin poder ocultar la ira de su voz.
Cerré con fuerza los ojos.
—Sé lo que quieres. Solo que no puedo
dártelo… ahora mismo.
—Entonces, ¿simplemente necesitas algo de
tiempo? —me preguntó con voz más tranquila—. Podrías habérmelo dicho. No tenías
por qué huir de mí.
—Me pareció la forma más sencilla.
—Más sencilla, ¿para quién?
—No conseguía dormir y no dejaba de pensar
en qué pasaría por la mañana, cuando tuviéramos que cargar el coche de Can y…
no pude soportarlo, Peter —dije.
—Ya es suficientemente malo que no sigas
viviendo aquí, pero no puedes desaparecer sin más de mi vida.
Me obligué a sonreír.
—Nos vemos mañana. No quiero que nada sea
raro, ¿vale? Simplemente tengo que resolver algunas cosas. Nada más.
—Está bien —dijo él—. Eso puedo hacerlo.
Colgué el teléfono y Cande me fulminó con la
mirada.
—¿Dormiste con él? ¡Serás zorrón! ¿Y ni siquiera
pensabas decírmelo?
Puse los ojos en blanco y me dejé caer sobre
la almohada.
—Eso no va contigo, Can. Todo esto se está
liando muchísimo.
—¿Dónde ves el problema? ¡Tendrían que estar
en el séptimo cielo y no rompiendo puertas o escondiéndose en sus habitaciones!
—No puedo estar con él —susurré, sin apartar
la mirada del techo.
Puso la mano encima de la mía y me habló
suavemente.
—Peter necesita algo de trabajo. Créeme,
comprendo todas las reservas que puedas tener sobre él, pero mira lo mucho que
ha cambiado ya por ti. Piensa en las dos últimas semanas, Lali. Él no es Mick.
—¡No, yo soy Mick! Me involucro
sentimentalmente con Peter y todo aquello por lo que nos hemos esforzado… ¡puf!
—Chasqueé los dedos—. ¡Así, sin más!
—Peter no dejaría que eso pasara.
—No depende de él, ¿a qué no?
—Vas a romperle el corazón, Lali. ¡Vas a
romperle el corazón! Eres la única chica en la que confía lo suficiente como
para enamorarse ¡y tú piensas colgarlo del palo mayor!
Me aparté de ella, incapaz de ver la
expresión que acompañaba al tono de súplica de su voz.
—Necesito el final feliz. Por eso vine aquí.
—No tienes que hacerlo. Podría funcionar.
—Hasta que la suerte me dé la espalda.
Cande levantó las manos al cielo y después
las dejó caer en su regazo.
—Por Dios, Lali, no empieces con esa mierda
otra vez. Ya lo hemos hablado.
Mi teléfono sonó y miré la pantalla.
—Es Gastón.
Ella sacudió la cabeza.
—No hemos terminado de hablar.
—¿Diga? —respondí, evitando la mirada de
Cande.
—¡La! ¡Tu primer día de libertad! ¿Qué tal
te sientes? —dijo él.
—Pues… me siento libre —dije, incapaz de
fingir entusiasmo alguno.
—¿Cenamos mañana por la noche? Te he echado
de menos.
—Sí. —Me sequé la nariz con la manga—.
Mañana me va genial.
Después colgué el teléfono, Candela frunció
el entrecejo.
—Cuando vuelva me preguntará —dijo ella—.
Querrá saber de qué hemos hablado. ¿Qué se supone que tengo que decirle?
—Dile que mantendré mi
promesa. Mañana, a estas horas, ya no me echará de menos.Continuará...
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Espero que les guste. Dejen sus lindos comentarios :)
Mi Twitter es: @Casijuegosca sigo a todos los que me siguen
Me llamo Cielo, si quieren llámenme por mi nombre besos a todos!
RECOMIENDO A MI AMIGA SAMI, Un espacio creativo pasen...
http://amorencopos.blogspot.com.ar/
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Holiiiiiiii<3 como estas Cielito? Espero que bien! Por lo que he leído en tus comentarios, veo más que bien, te estas comiendo todo!, ya van 3boluda 3, el de la plaza no tiene nombre?, el profe mándame la fotooooooo lo quiero ver y Ramoncito jajajajajajaja. Suena chistoso RAMONCITO jajajjajaja.... Es cosa del destino que te encuentres con el profesor Peter en la heladería jajajajaja ni lo conozco y ya le puse sobre nombre. Luego te encuentras uno en un restaurante y luego otro en una fiesta, y el último en un bar O.O jajajajja joda.
ResponderBorrarQiero Mas Me Gustaria Un Maraton De Nuevo
ResponderBorrarBoluda se supone que entiendo tampoco soy de otra era -.-!, deja de babear pareces un perro! Tus hormonas nena calmalas, yo no puedo hablar mucho porque me pasa lo mismo voy caminando por el mall y el que se crucé le quedo viendo, pero es porque estos gringos se parten! Jajajjajajajajajjjajaja veré de que me sirve tu historia recién ocurrida ;) soy muy creativa con las cosas jajajajja muy! Me decís lo que sea y me lo imagino así sea malo o bueno pero mi cabeza actúa por si sola.... Mira boluda justo me dio un escalofrío se me puso piel de gallina, te gustan las películas de terror?.
ResponderBorrarHuy siiii! Ya quiero tener 18 para poder irme a Argentina, con mis amigas hicimos un pacto que cuando cumplieras 18 nos íbamos a Argentina a estudiar :) yo lo voy a cumplir me graduare allá... OYE RAPUNZEL DEJA TU CABELLO CAER Y HACE MÁS CAPS! no pega que chisté tan malo -.-' cuando el pibe este te llame me avisas quiero saber que te dijo eh!, jajajajajajaja, HOLA MUCHO GUSTO SOY TU NUEVO DIARIO QUE GUARDA TUS SECRETOS Y TE VA A ACOMSEJAR ;) .
ResponderBorrarAwwwwww *-* me encanto el CAP juró que morí de amor, Lali tiene miedo a que el la deje seguro y se va con el Rubio por eso pero esta mal, porque el amor de su vida estuvo con ella en la noche ROCKANROLLEANDO entendes es muy negadora como Mar!.
ResponderBorrarNo no tengo ningún amigo gay ojalá así cuando tenga un novio le doy celos con el jajajajaja se me antojo.... Quiero un amigo gay :( ... Ojalá encuentre uno a tiempo jajajajja, no tengo ni amiga lesbiana ni gay ni otra clase de esas cosas, tengo puros amigos raros y divertidos, son como yo!, bueno no en ese sentido son como en su forma de ser y sólo tengo dos amigas hembras y dos varones pero no los creo volver a ver como antes, soy de hacer amigos y tengo muchos pero sólo en ellos cuatro confió.... Mis dos amigas son Mariangela es rubia y gordita, además de ser la loca del grupo, "la zarpadita" y Yubrielis ella es como yo! Petiza morocha un poquito aburrida es el cerebro del grupo jajajajja por así decirlo, yo la ayudo en esos casos, y mis amigos son Yonnier es hiperactivo, no sabes te cuento la historia de cuando lo conocí y te moría de la risa... Yo era nueva en la escuela y el fue el primero en acercarse a mi, en la hora del recreo me pidió que le comprará una chupeta y yo de muy tonta fui, el no podía salir porque lo habían castigado y cuando volví el me la quito la abrió le dio un chupón y la tiro en la papelera y se volvió loco, no sabes tiraba todo, yo era la nueva y se habían olvidado de decirme la regla de no darle chuchería pero fue un poco tarde, eso fue en 4to grado hace tiempo :) lindos recuerdos... Y mi otro amigo es Yoangel el también es el cerebro nerd no le diría pero es muy inteligente y anima a las personas como no sabes :/ los voy a extrañar mucho .
ResponderBorrarJODEME NO TE CREO! DONDE LO VISTE? Yo lo quiero ver cuando encuentres la foto me la mostras :D que lindo que es todavía hay ESPERANZA :) siempre a habido ESPERANZA :) me puse feliiiiiiiiiz.
ResponderBorrarNo entiendo como puede rechazar su felicidad de esa manera! Y ahora sufro con peter! más! Me encanta!
ResponderBorrarEste es el último Cielito :) suerte con tu galán de la plaza ;) te quiero mucho, manita blogger hasta prontoooooooo.
ResponderBorrar@AnglesCasi - abetterworldlaliter.blogspot.com.
PD: al fin te zarpaste (? Jajajajajajaja..
Att: tu diario ;) jajajajajajaja.
Increíble todo lo que esta pasando es inimaginable AMO todo de esta nove me fascina ! Gaston que se valla ya era que insistente que es, me da lastima Peter pobre :( MAS
ResponderBorrarMuy linda la primera vez mucho mas de lo que me lo imaginaba y algo me dice que no va a ser la última vez que esten juntos, estan muertos de amor el uno por el otro
ResponderBorrarAmiga, amiga, amiguísima... definitivamente me conoces mucho ya, me re encantó, me fascinó, me volvió loca!!!!!!!! No puedes ser así y dejarlo así!!! Te juro que lloré por Peter, me da mucha lástima. No sé las razones que tiene Lali para no querer estar con él, pero a él le está haciendo mucho daño y me da lastima de verdad... pobre, ella ya se esta pasando, está bien qie se haga de rogar pero ya está bien jajajajaj estoy indignada con ella como verás! y tengo ganas de que envíe a Gaastón a freír espárragos y se vaya con Peter, pobreeee:( Me mató cuando dijo "Te he deseado durante tanto tiempo, Lali" te juro por dios que me mató, nunca antes la había llamado Lali.
ResponderBorrarEs re tierno con ella y me jode mucho que ella no reconozca lo que le pasa con él, estoy segura que le pasan cosas, no me creo eso de que "lo hizo con él por quitarle la curiosidad" además por lo que parece fue su primera vez no? no creo que haya querido hacerlo con alguien que no quiere de esa manera. Aiii no se, tengo ganas de más, me dejaste re mal jajajaja
ResponderBorrar¿Y qué quiere decir con "mañana ya no me echará de menos"? ¿Qué tiene pensado hacer? ¿Se marcha? Hay muchas cosas que no se de lo que habla, quiero sabeeeeer. Pero espero que no le haga mas daño a Pit
Y lo de que eras española no lo dijiste en ningun momento, fue cosa mia que me lo imaginé jajajjaj perdoname, esque tu nove la escribes en español y por eso pensaba que eras de España simplemmente jajajaja pobre, imagino que te volvi loca y que te pondrias a buscar comentarios tuyos dicindo eso, perdonnn Sky!!!
ResponderBorrarBueno amiga, espero el proximo capitulo muy muy ansiosa, subi hoy porfiiiii, o subi dos un dia o algo que me vas a matar de la intrigaaaaa:(
Muchos besos:)
María.
Novesdepeterylali.blogspot.com
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ResponderBorrares mi opinión pero encuentro que lali esta siendo muy egoísta con peter
Te he encontrado hoy y tengo que ponerme al dia, pero leyendo estecapitulo estoy segura que tienes nueva seguidora, me enanta
ResponderBorrarYa me puse al dia, no puedo creer que Lali se comporte así, es una egoísta, ahora me da mucha pena Peter
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