Novelita Laliter

Novelita Laliter
Leean y Comenten :)

viernes, 9 de agosto de 2013

Capítulo 5: "Amigos"



Novela: "Maravilloso Desastre"
Capítulo 5: "Amigos"
Entré furiosa en el restaurante, aunque mi cabeza todavía no se había sincronizado con los pies. El aire se llenó de olor a grasa y hierbas aromáticas cuando lo seguí por la moqueta roja salpicada de migas de pan. Eligió una mesa con bancos en la esquina, lejos de los grupos de estudiantes y familias, y después pidió dos cervezas. Eché un vistazo al local: observé a los padres obligar a sus bulliciosos hijos a comer y esquivé las inquisitivas miradas de los estudiantes de Eastern.
—Claro,  Peter—dijo la camarera, apuntando nuestras bebidas.
Parecía un poco alterada por su presencia cuando regresó a la cocina. Repentinamente avergonzada por mi apariencia, me recogí detrás de las orejas los mechones de pelo que el viento había hecho volar.
—¿Vienes aquí a menudo? —pregunté mordazmente.
Peter apoyó los codos en la mesa y clavó sus ojos azules en los míos.
—Y bien, ¿cuál es tu historia, Paloma? ¿Odias a los hombres en general, o solo a mí?
—Creo que solo a ti —gruñí.
Soltó una carcajada: mi mal humor le divertía.
—No consigo acabar de entenderte. Eres la primera chica a la que le he dado asco antes de acostarse conmigo. No te aturullas cuando hablas conmigo ni intentas atraer mi atención.
—No es ningún tipo de treta. Simplemente no me gustas.
—No estarías aquí si no te gustara.
Mi entrecejo se relajó involuntariamente y suspiré.
—No  he  dicho  que  seas  mala  persona.  Simplemente  no  me  gusta  que  saquen  conclusiones  de  cómo soy por el mero hecho de tener vagina.
Centré  mi  atención  en  los  granos  de  sal  que  había  sobre  la  mesa  hasta  que  oí  que  Peter  se atragantaba.
Abrió los ojos como platos y se agitó con carcajadas que parecían aullidos.
—¡Oh,  Dios  mío!  ¡Me  estás  matando!  Ya  está.  Tenemos  que  ser  amigos.  Y  no  acepto  un  no  por respuesta.
—No  me  importa  que  seamos  amigos,  pero  eso  no  implica  que  tengas  que  intentar  meterte  en  mis bragas cada cinco segundos.
—No vas a acostarte conmigo. Lo pillo. —Intenté no sonreír, pero fracasé. Se le iluminó la mirada—. Tienes mi palabra. Ni siquiera pensaré en tus bragas…, a menos que quieras que lo haga.
Hinqué los codos en la mesa y apoyé mi peso en ellos.
—Y eso no pasará, así que podemos ser amigos.
Una sonrisa traviesa afiló sus rasgos mientras se acercaba un poco más.
—Nunca digas de esta agua no beberé.
—Bueno,  ¿y  cuál  es  tu  historia?  —pregunté—.  ¿Siempre  has  sido  Peter  Perro Loco  Lanzani,  o  te bautizaron así cuando llegaste aquí?
Hice un gesto con dos dedos de cada mano para marcar unas comillas cuando dije su apodo, y por primera vez su confianza flaqueó. Parecía un poco avergonzado.
—No. Adam empezó con eso después de mi primera pelea.
Sus respuestas cortas comenzaban a fastidiarme.
—¿Ya está? ¿No vas a contarme nada más sobre ti?
—¿Qué quieres saber?
—Lo normal. De dónde eres, qué quieres ser cuando seas mayor…, cosas así.
—He nacido aquí y aquí me he criado. Y estoy especializándome en justicia criminal.
Con un suspiro, desenvolvió los cubiertos y los puso al lado de su plato.  Miró  por  encima  del hombro,  con  la  mandíbula  tensa. A  dos  mesas  de  distancia,  el  equipo  de  fútbol  de  Eastern  estalló  en carcajadas, y Peter pareció molestarse por el objeto de sus risas.
—Estás de broma —dije sin poder creer lo que había dicho.
—No, soy de aquí —dijo él, distraído.
—Me refiero a tu licenciatura. No pareces el tipo de chico que se especializa en derecho penal.
Juntó las cejas, repentinamente centrado en nuestra conversación.
—¿Por qué?
Repasé los tatuajes que le cubrían el brazo.
—Diré simplemente que no te pega lo de derecho penal.
—No me meto en problemas… la mayor parte del tiempo. Papá era bastante estricto.
—¿Y tu madre?
—Murió cuando yo era niño —comentó, con total naturalidad.
—Lo… lo siento —dije, sacudiendo la cabeza.
Su respuesta me pilló desprevenida. Rechazó mi simpatía.
—No la recuerdo. Mis hermanos sí, pero yo solo tenía tres años cuando murió.
—Cuatro hermanos, ¿eh? ¿Cómo los distinguías?
—Los distinguía según quién golpeaba más fuerte, que resultó coincidir con el orden de sus edades. Thomas, los gemelos… Taylor y Tyler, y después, Trenton. Es mejor que nunca te quedes a solas en una habitación con Taylor y Ty. Aprendí de ellos la mitad de lo que hago en el Círculo. Trenton era el más pequeño, pero también el más rápido. Ahora es el único que podría darme un puñetazo.
Sacudí la cabeza, aturdida por la idea de cinco Peter correteando por una sola casa.
—¿Y todos llevan tatuajes?
—Sí, menos Thomas. Trabaja como ejecutivo en California.
—¿Y tu padre? ¿Dónde está?
—Anda por aquí —dijo él.
Volvía a apretar las mandíbulas, cada vez más irritado con el equipo de fútbol.
—¿De qué se ríen? —le pregunté, señalando la ruidosa mesa. Sacudió la cabeza. Era evidente que no quería compartirlo. Me crucé de brazos, sin saber cómo estar en mi asiento, nerviosa por lo que estarían diciendo que tanto le molestaba—. Dímelo.
—Se están riendo de que te haya traído a comer, primero. No suele ser… mi rollo.
—¿Primero? —Cuando caí en la cuenta de a qué se refería,  Peter se rió de mi expresión. Entonces, hablé sin pensar—. Yo, que temía que se estuvieran riendo de que te vieran con alguien vestido así…, y resulta que piensan que me voy a acostar contigo —farfullé.
—¿Por qué no iban a tener que verme contigo?
—¿De qué estábamos hablando? —pregunté, intentando ocultar el calor que sentía en las mejillas.
—De ti. ¿En qué te vas a especializar? —preguntó él.
—Oh,  eh…,  por  ahora  estoy  con  las  asignaturas  comunes.  Todavía  no  me  he  decidido,  pero  me inclino hacia la Contabilidad.
—Pero no eres de aquí.
—No, soy de Wichita. Igual que Candela.
—¿Y cómo acabaste aquí si vivías en Kansas?
Tiré de la punta de la etiqueta de mi botella de cerveza.
—Simplemente tuvimos que escaparnos.
—¿De qué?
—De mis padres.
—Ah. ¿Y Candela? ¿También tiene problemas con sus padres?
—No, Mark y Pam son geniales. Prácticamente me criaron. En cierto modo, me siguió; no quería que viniera aquí sola.
Peter asintió.
—Bueno, ¿y por qué Eastern?
—¿A qué viene este tercer grado? —dije.
Las preguntas estaban pasando de lo trivial a lo personal y empezaba a sentirme incómoda.
Varias sillas se entrechocaron cuando el equipo de fútbol dejó sus asientos. Soltaron un último chiste antes  de  empezar  a  caminar  hacia  la  puerta.  Cuando  Peter  se  levantó,  rápidamente  apretaron  el  paso.
Los que estaban al final del grupo empujaron a los de delante para escapar antes de que Peter cruzara el local. Volvió a sentarse, obligándose a dejar de lado la frustración y el enfado.
Levanté una ceja.
—Ibas a decirme por qué elegiste Eastern —me apremió.
—Es  difícil  de  explicar  —respondí,  encogiéndome  de  hombro—. Supongo  que  me  pareció  una buena opción.
Sonrió al abrir el menú.
—Sé a qué te refieres.

Continuará...

_____________________

12 comentarios:

  1. Podes ser mas genia?!!! enserio te lo digo ehhh, no es en joda. Me encanta esta nove, me tiene re enganchada, es la que mas leo ahora!
    Espero el prox cap:)
    Pasate cuando quieras linda: novesdepeterylali.blogspot.com Besoooo!!

    ResponderBorrar
  2. Que buen capítulo me encanto!!!! Mas más más más ++++++ !!! Besos @AnglesCasi

    ResponderBorrar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
  4. Gracias por pasarte y recomendar. ¿Te aviso por twitter no? Me encanta tu nove, la leeré :) Te recomendaré en mi siguiente capítulo.

    ResponderBorrar
  5. MARAVILLOSO capítulo como todos un beso enorme

    ResponderBorrar
  6. esta genial :) me encanta que lali se haga la difícil
    y que peter se de cuenta de eso :)

    ResponderBorrar
  7. Peter se toma lo k hace con Lali en serio ,xk se muestra molesto con el equipo d fútbol.

    ResponderBorrar

¿Te gusto? Entonces, comenta pero con respeto!