Capítulo 9: "No me acostaré contigo"
—Me parece que no dormiré en el sillón —murmuré.
—¿Por qué?
Lo miré, furiosa por la expresión confusa de su
cara.
—¡No pienso dormir en esa cosa! ¡A saber encima
de qué me estaría tumbando!
Levantó mi maleta del suelo.
—No vas a dormir en el sofá ni en el sillón. Vas
a dormir en mi cama.
—Que sin duda será más insalubre que el sofá.
Estoy segura.
—Nunca ha habido nadie en mi cama aparte de mí.
Puse los ojos en blanco.
—¡Por favor!
—Lo digo absolutamente en serio. Me las tiro en
el sofá. Nunca las dejo entrar en mi habitación.
—¿Y yo sí puedo usar tu cama?
Levantó un lado de la boca con una sonrisa
traviesa.
—¿Planeas acostarte conmigo esta noche? –dijo-
—¡No!
—Ahí lo
tienes, esa es
la razón. Ahora
levanta tu malhumorado
culo, date una
ducha caliente y después podremos
estudiar algo de Biología.
Me quedé mirándolo durante un momento y, a
regañadientes, hice lo que me decía. Me quedé bajo la ducha, desde luego, mucho
tiempo, dejando que el agua se llevara con ella mi sentimiento de agravio. Mientras
me masajeaba el pelo con el champú, suspiré por lo genial que resultaba
ducharse en un baño privado de nuevo, sin chancletas ni neceser, solo la
relajante mezcla de agua y vapor.
La puerta se abrió y me sobresalté.
—¿Can?
—No, soy yo —dijo Peter.
Automáticamente me tapé con los brazos las
partes que no quería que él viera.
—¿Qué haces aquí? ¡Lárgate!
—Te has olvidado de coger una toalla, y te
traigo tu ropa, tu cepillo de dientes y algún tipo de extraña crema facial que
he encontrado en tu bolso.
—¿Has estado rebuscando entre mis cosas?
—chillé.
No respondió. En lugar de eso, oí girar la llave
del grifo y que empezaba a lavarse los dientes. Me asomé por la cortina de
plástico, sin dejar de sujetarla contra mi pecho.
—Sal de aquí, Peter. —Levantó la mirada hacia
mí, con los labios cubiertos de espuma de la pasta de dientes.
—No puedo irme a la cama sin lavarme los
dientes.
—Si te acercas a menos de medio metro de la
cortina, te sacaré los ojos mientras duermes.
—No voy a mirar, Paloma —dijo él riéndose.
Esperé
bajo el agua
con los brazos
fuertemente apretados alrededor
del pecho. Él
escupió, hizo gárgaras y
volvió a escupir;
después la puerta
se cerró.
Me aclaré el
jabón de la
piel, me sequé
tan rápido como pude y me vestí con una camiseta y unos pantalones
cortos, mientras me ponía las gafas y me pasaba
el peine por
el pelo. Me
fijé en la
hidratante de noche
que Peter me
había traído, y
no pude evitar sonreír. Cuando
quería, podía ser atento y casi simpático. Entonces, volvió a abrir la puerta.
—¡Vamos Paloma! ¡Me están saliendo canas aquí
fuera!
Le lancé el peine y él se agachó. Después cerró
la puerta y se fue riendo para sus adentros hasta su habitación. Me lavé los
dientes y después recorrí el pasillo, pasando por delante del dormitorio de Agus.
—Buenas noches, Lali —gritó Cande desde la
oscuridad.
—Buenas noches, Can.
Dudé antes de llamar suavemente dos veces a la
puerta de Peter.
—Entra, Paloma. No hace falta que llames.
Abrió la puerta, entré y vi su cama de barras de
hierro, en paralelo a la hilera de ventanas que había en el
lado más alejado
de la habitación.
Las paredes estaban
desnudas excepto la
parte sobre el cabecero,
ocupada por un
sombrero mexicano. En
cierto modo, esperaba
que su habitación
estuviera cubierta de pósteres de mujeres medio desnudas, pero ni
siquiera vi un anuncio de marca de cerveza. Su cama era negra; la alfombra,
gris; y todo lo demás, blanco. Parecía que acabara de mudarse.
—Bonito
pijama —dijo Peter,
observando mis pantalones
cortos amarillos y
mi camiseta gris.
Se sentó en la cama y dio unas palmaditas sobre la almohada que estaba a
su lado—. Vamos, ven. No voy a morderte.
—No me das miedo —dije, antes de acercarme a la
cama y de dejar caer mi libro de Biología a su lado—. ¿Tienes un boli?
Él señaló con la cabeza la mesita de noche.
—En el cajón de arriba.
Alargué el brazo sobre la cama y abrí el cajón,
donde encontré tres bolígrafos, un lápiz, un tubo de lubricante y
un tarro transparente
de cristal rebosante
de cajas de diferentes marcas
de condones. Con asco, cogí un bolígrafo y cerré el cajón.
—¿Qué? —preguntó él, mientras pasaba una página
de mi libro.
—¿Has asaltado una clínica?
—No. ¿Por qué?
Le quité el tapón al boli, incapaz de ocultar la
expresión de asco de mi cara.
—Por tu provisión de condones de por vida.
—Mejor prevenir que curar, ¿no?
Puse los ojos en blanco. Peter pasaba las
páginas con una ligera sonrisa en los labios. Me leyó los apuntes, recalcando
los puntos principales mientras me hacía preguntas y me explicaba pacientemente
lo que no entendía.
Después de una hora, me quité las gafas y me
froté los ojos.
—Estoy rendida. No puedo memorizar ni una sola macro molécula más.
Peter sonrió y cerró mi libro.
—De acuerdo.
Me quedé quieta, sin saber cómo íbamos a
arreglárnoslas para dormir. Peter salió de la habitación al pasillo y murmuró
algo al pasar por delante de la habitación de Agus, antes de abrir el agua de
la ducha. Aparté las sábanas y, después, me cubrí con ellas hasta el cuello,
mientras oía el agudo silbido del agua que corría por las tuberías.
Diez minutos después, el agua dejó de caer y el
suelo crujió bajo los pasos de Peter. Cruzó la habitación con
una toalla alrededor
de las caderas.
Tenía tatuajes en
lados opuestos del
pecho, y unos dibujos tribales le cubrían los abultados hombros. En el
brazo derecho, las líneas y símbolos negros se extendían desde el hombro hasta
la muñeca, mientras que en el izquierdo se detenían en el codo, con una sola línea
de texto en
la parte inferior
del antebrazo. Con
toda la intención,
me mantuve de
espaldas cuando se colocó de pie delante de la cómoda, dejó caer la
toalla y se puso un par de calzoncillos.
Tras apagar la luz, se metió en la cama junto a
mí.
—¿Vas a dormir aquí? —le pregunté, dándome la
vuelta para mirarlo.
La luna llena que entraba por las ventanas
arrojaba sombras sobre su cara.
—Pues claro. Esta es mi cama.
—Lo sé, pero… —Hice una pausa: las únicas
opciones que me quedaban eran el sofá o el sillón.
Peter sonrió y meneó la cabeza.
—¿A
estas alturas todavía
no confías en
mí? Me portaré
bien, lo prometo
—dijo, levantando unos dedos que, con toda seguridad, los Boy
Scouts de América nunca habrían considerado usar.
No discutí, simplemente me di media vuelta y
apoyé la cabeza en la almohada, después de amontonar las sábanas detrás de mí
para crear una clara barrera entre su cuerpo y el mío.
—Buenas noches, Paloma —me susurró al oído.
Sentí
su aliento mentolado
en mi mejilla,
lo que me
puso toda la
piel de gallina.
Gracias a Dios, estábamos lo
suficientemente a oscuras
como para que
no pudiera ver
mi embarazo o
el rubor en las
mejillas que siguió.
Parecía que acababa de cerrar los ojos cuando oí el despertador. Alargué el brazo para apagarlo, pero aparté la mano con horror cuando noté una piel cálida bajo los dedos. Intenté recordar dónde estaba. Cuando obtuve la respuesta, me mortificó que Peter hubiera podido pensar que lo había hecho a propósito.
Parecía que acababa de cerrar los ojos cuando oí el despertador. Alargué el brazo para apagarlo, pero aparté la mano con horror cuando noté una piel cálida bajo los dedos. Intenté recordar dónde estaba. Cuando obtuve la respuesta, me mortificó que Peter hubiera podido pensar que lo había hecho a propósito.
—¿Peter?
Tu despertador —susurré.
Seguía sin moverse—.
¡Peter! —dije, dándole
un codazo suave.
Como seguía sin moverse, pasé el brazo por
encima de él, buscando a tientas en la penumbra, hasta que noté la parte
superior del reloj. No sabía cómo apagarlo, así que empecé a darle golpecitos
hasta que di con el botón para retrasar la alarma, y volví a dejarme caer
resoplando sobre mi almohada.
Peter soltó una risita burlona.
—¿Estabas despierto?
—Te prometí que me portaría bien. No dije nada
de dejar que te tumbaras encima de mí.
Continuará...
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Espero que les guste el primer capítulo de la novela. Dejen sus lindos comentarios :) si quieren el Tw es: @CasiJuegosCa sigo a todos los que me siguen.. Me llamo Cielo y les dejo todo mi cariño :)
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Me encanta tu novela!! Estoy esperando el cap que sigue!! Besos
ResponderBorrarMe encanta!!! Más!
ResponderBorrarme encanta la nove!!! este cap me dio mucha risa!!! por fa mas nove!!!!
ResponderBorrark pillo k es.
ResponderBorrarSoy Maria, me volvio a encantar el capitulo!! jajajajaja me hace mucha risa como son, y me encanta que Peter la trate distinta a todas. Espero el siguienteee:)
ResponderBorrarQUIERO MAAS
ResponderBorrarHolaa amiga me encantaa la novela quiero mucho mas por favor
ResponderBorrarNECESITO MAS YAA!
ResponderBorrarHola hermosaa! quiero muchisimo mas! me encanta tu nove y los capitulos son hermosos
ResponderBorrarHola amiga quiero mas soy Lu :)
ResponderBorrarHola niñaa! como andas? quiero mas novela aver cuando sale maraton :P besitos soy http://amorencopos.blogspot.com.ar/ PASATE! ME ENCANTA LA NOVE
ResponderBorrarMAS
ResponderBorrarmas mas maas
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