Novelita Laliter

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jueves, 15 de agosto de 2013

Capítulo 9: "No me acostaré contigo"



Novela: "Maravilloso Desastre"
Capítulo 9: "No me acostaré contigo"
—Me parece que no dormiré en el sillón —murmuré.
—¿Por qué?
Lo miré, furiosa por la expresión confusa de su cara.
—¡No pienso dormir en esa cosa! ¡A saber encima de qué me estaría tumbando!
Levantó mi maleta del suelo.
—No vas a dormir en el sofá ni en el sillón. Vas a dormir en mi cama.
—Que sin duda será más insalubre que el sofá. Estoy segura.
—Nunca ha habido nadie en mi cama aparte de mí.
Puse los ojos en blanco.
—¡Por favor!
—Lo digo absolutamente en serio. Me las tiro en el sofá. Nunca las dejo entrar en mi habitación.
—¿Y yo sí puedo usar tu cama?
Levantó un lado de la boca con una sonrisa traviesa.
—¿Planeas acostarte conmigo esta noche? –dijo-
—¡No!
—Ahí lo  tienes,  esa  es  la  razón.  Ahora  levanta  tu  malhumorado  culo,  date  una  ducha caliente  y después podremos estudiar algo de Biología.
Me quedé mirándolo durante un momento y, a regañadientes, hice lo que me decía. Me quedé bajo la ducha, desde luego, mucho tiempo, dejando que el agua se llevara con ella mi sentimiento de agravio. Mientras me masajeaba el pelo con el champú, suspiré por lo genial que resultaba ducharse en un baño privado de nuevo, sin chancletas ni neceser, solo la relajante mezcla de agua y vapor.
La puerta se abrió y me sobresalté.
—¿Can?
—No, soy yo —dijo Peter.
Automáticamente me tapé con los brazos las partes que no quería que él viera.
—¿Qué haces aquí? ¡Lárgate!
—Te has olvidado de coger una toalla, y te traigo tu ropa, tu cepillo de dientes y algún tipo de extraña crema facial que he encontrado en tu bolso.
—¿Has estado rebuscando entre mis cosas? —chillé.
No respondió. En lugar de eso, oí girar la llave del grifo y que empezaba a lavarse los dientes. Me asomé por la cortina de plástico, sin dejar de sujetarla contra mi pecho.
—Sal de aquí, Peter. —Levantó la mirada hacia mí, con los labios cubiertos de espuma de la pasta de dientes.
—No puedo irme a la cama sin lavarme los dientes.
—Si te acercas a menos de medio metro de la cortina, te sacaré los ojos mientras duermes.
—No voy a mirar, Paloma —dijo él riéndose.
Esperé  bajo  el  agua  con  los  brazos  fuertemente  apretados  alrededor  del  pecho.  Él  escupió,  hizo gárgaras  y  volvió  a  escupir;  después  la  puerta  se cerró.  Me  aclaré  el  jabón  de  la  piel,  me  sequé  tan rápido como pude y me vestí con una camiseta y unos pantalones cortos, mientras me ponía las gafas y me pasaba  el  peine  por  el  pelo.  Me  fijé  en  la  hidratante  de  noche  que  Peter  me  había  traído,  y  no  pude evitar sonreír. Cuando quería, podía ser atento y casi simpático. Entonces, volvió a abrir la puerta.
—¡Vamos Paloma! ¡Me están saliendo canas aquí fuera!
Le lancé el peine y él se agachó. Después cerró la puerta y se fue riendo para sus adentros hasta su habitación. Me lavé los dientes y después recorrí el pasillo, pasando por delante del dormitorio de Agus.
—Buenas noches, Lali —gritó Cande desde la oscuridad.
—Buenas noches, Can.
Dudé antes de llamar suavemente dos veces a la puerta de Peter.
—Entra, Paloma. No hace falta que llames.
Abrió la puerta, entré y vi su cama de barras de hierro, en paralelo a la hilera de ventanas que había en  el  lado  más  alejado  de  la  habitación.  Las  paredes  estaban  desnudas  excepto  la  parte  sobre  el cabecero,  ocupada  por  un  sombrero  mexicano.  En  cierto  modo,  esperaba  que  su  habitación  estuviera cubierta de pósteres de mujeres medio desnudas, pero ni siquiera vi un anuncio de marca de cerveza. Su cama era negra; la alfombra, gris; y todo lo demás, blanco. Parecía que acabara de mudarse.
—Bonito  pijama  —dijo  Peter,  observando  mis  pantalones  cortos  amarillos  y  mi  camiseta  gris.  Se sentó en la cama y dio unas palmaditas sobre la almohada que estaba a su lado—. Vamos, ven. No voy a morderte.
—No me das miedo —dije, antes de acercarme a la cama y de dejar caer mi libro de Biología a su lado—. ¿Tienes un boli?
Él señaló con la cabeza la mesita de noche.
—En el cajón de arriba.
Alargué el brazo sobre la cama y abrí el cajón, donde encontré tres bolígrafos, un lápiz, un tubo de lubricante  y  un  tarro  transparente  de  cristal  rebosante  de  cajas  de  diferentes  marcas  de  condones.  Con asco, cogí un bolígrafo y cerré el cajón.
—¿Qué? —preguntó él, mientras pasaba una página de mi libro.
—¿Has asaltado una clínica?
—No. ¿Por qué?
Le quité el tapón al boli, incapaz de ocultar la expresión de asco de mi cara.
—Por tu provisión de condones de por vida.
—Mejor prevenir que curar, ¿no?
Puse los ojos en blanco. Peter pasaba las páginas con una ligera sonrisa en los labios. Me leyó los apuntes, recalcando los puntos principales mientras me hacía preguntas y me explicaba pacientemente lo que no entendía.
Después de una hora, me quité las gafas y me froté los ojos.
—Estoy rendida. No puedo memorizar ni una sola macro molécula más.
Peter sonrió y cerró mi libro.
—De acuerdo.
Me quedé quieta, sin saber cómo íbamos a arreglárnoslas para dormir. Peter salió de la habitación al pasillo y murmuró algo al pasar por delante de la habitación de Agus, antes de abrir el agua de la ducha. Aparté las sábanas y, después, me cubrí con ellas hasta el cuello, mientras oía el agudo silbido del agua que corría por las tuberías.
Diez minutos después, el agua dejó de caer y el suelo crujió bajo los pasos de Peter. Cruzó la habitación  con  una  toalla  alrededor  de  las  caderas.  Tenía  tatuajes  en  lados  opuestos  del  pecho, y unos dibujos tribales le cubrían los abultados hombros. En el brazo derecho, las líneas y símbolos negros se extendían desde el hombro hasta la muñeca, mientras que en el izquierdo se detenían en el codo, con una sola  línea  de  texto  en  la  parte  inferior  del  antebrazo.  Con  toda  la  intención,  me  mantuve  de  espaldas cuando se colocó de pie delante de la cómoda, dejó caer la toalla y se puso un par de calzoncillos.
Tras apagar la luz, se metió en la cama junto a mí.
—¿Vas a dormir aquí? —le pregunté, dándome la vuelta para mirarlo.
La luna llena que entraba por las ventanas arrojaba sombras sobre su cara.
—Pues claro. Esta es mi cama.
—Lo sé, pero… —Hice una pausa: las únicas opciones que me quedaban eran el sofá o el sillón.
Peter sonrió y meneó la cabeza.
—¿A  estas  alturas  todavía  no  confías  en  mí?  Me  portaré  bien,  lo  prometo  —dijo,  levantando  unos dedos que, con toda seguridad, los Boy Scouts de América nunca habrían considerado usar.
No discutí, simplemente me di media vuelta y apoyé la cabeza en la almohada, después de amontonar las sábanas detrás de mí para crear una clara barrera entre su cuerpo y el mío.
—Buenas noches, Paloma —me susurró al oído.
Sentí  su  aliento  mentolado  en  mi  mejilla,  lo  que  me  puso  toda  la  piel  de  gallina.  Gracias  a  Dios, estábamos  lo  suficientemente  a  oscuras  como  para  que  no  pudiera  ver  mi  embarazo  o  el  rubor  en  las mejillas que siguió.
Parecía que acababa de cerrar los ojos cuando oí el despertador. Alargué el brazo para apagarlo, pero aparté  la  mano  con  horror  cuando  noté  una  piel  cálida  bajo  los  dedos.  Intenté  recordar  dónde  estaba. Cuando obtuve  la  respuesta,  me  mortificó  que  Peter  hubiera  podido  pensar  que  lo  había  hecho  a propósito.
—¿Peter?  Tu  despertador  —susurré.  Seguía  sin  moverse—.  ¡Peter! —dije,  dándole  un  codazo suave.
Como seguía sin moverse, pasé el brazo por encima de él, buscando a tientas en la penumbra, hasta que noté la parte superior del reloj. No sabía cómo apagarlo, así que empecé a darle golpecitos hasta que di con el botón para retrasar la alarma, y volví a dejarme caer resoplando sobre mi almohada.
Peter soltó una risita burlona.
—¿Estabas despierto?
—Te prometí que me portaría bien. No dije nada de dejar que te tumbaras encima de mí.

Continuará...

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13 comentarios:

  1. Me encanta tu novela!! Estoy esperando el cap que sigue!! Besos

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  2. me encanta la nove!!! este cap me dio mucha risa!!! por fa mas nove!!!!

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  3. Soy Maria, me volvio a encantar el capitulo!! jajajajaja me hace mucha risa como son, y me encanta que Peter la trate distinta a todas. Espero el siguienteee:)

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  4. Holaa amiga me encantaa la novela quiero mucho mas por favor

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  5. Hola hermosaa! quiero muchisimo mas! me encanta tu nove y los capitulos son hermosos

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  6. Hola amiga quiero mas soy Lu :)

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  7. Hola niñaa! como andas? quiero mas novela aver cuando sale maraton :P besitos soy http://amorencopos.blogspot.com.ar/ PASATE! ME ENCANTA LA NOVE

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