Novelita Laliter

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sábado, 12 de octubre de 2013

Capítulo 59: "Hecha un asco"


Novela: "Maravilloso Desastre"
Capítulo 59: "Hecha un asco"
Los exámenes finales eran una maldición para todo el mundo excepto para mí. Me mantuve ocupada estudiando con Euge y Cande en mi habitación y en la biblioteca. Solo vi a Peter de pasada cuando los horarios cambiaron para los exámenes. Me fui a casa de Cande a pasar las vacaciones de invierno, agradeciendo que Agus se quedara con Peter para no tener que sufrir sus constantes muestras de afecto.
Los últimos cuatro días de vacaciones cogí un resfriado, lo que me dio una buena razón para quedarme en la cama. Peter había dicho que quería que fuéramos amigos, pero no me había llamado. Fue un alivio tener unos cuantos días para entregarme a la autocompasión. Quería librarme de ella antes de volver a clase. El  viaje  de  regreso  a  Eastern  pareció  durar  años.  Estaba  ansiosa  por  empezar  el  semestre  de primavera, pero mi deseo de ver a Peter era aún mayor.
El primer día de clase, una energía renovada había cubierto el campus junto con un manto de nieve. Nuevas clases conllevaban nuevos amigos y un nuevo principio. No tenía ni una sola clase con Peter, Gastón, Agus o Cande, pero Pablo estaba en todas ellas, excepto en una.
Anhelaba ver a Peter en el almuerzo, pero cuando llegó simplemente me guiñó un ojo y se sentó al final  de  la  mesa  junto  con  el  resto  de  sus  hermanos  de  fraternidad.  Intenté  concentrarme  en  la conversación  de Cande y Agus sobre  el  último  partido  de  fútbol  de  la  temporada,  pero  la  voz  de Peter seguía captando mi atención. Estaba contando las aventuras y los roces con la ley que había tenido durante las vacaciones, y las novedades sobre la nueva novia de Trenton, a la que habían conocido una noche en The Red Door. Me preparé para que apareciera mi nombre o el de cualquier otra chica a la que hubiera llevado a casa o hubiera conocido, si es que lo había hecho, pero no estaba dispuesto a compartir eso con sus amigos.
Todavía colgaban bolas metálicas rojas y doradas del techo de la cafetería, y se movían con  la corriente de la calefacción. Me cubrí con la chaqueta de punto y, cuando Pablo se dio cuenta, me abrazó y me  frotó  el  brazo.  Sabía  que  estaba  mirando  demasiado  hacia Peter, pero tenía la esperanza de que alzara los  ojos  hacia  mí;  sin  embargo,  él  parecía  haberse  olvidado  de  que  yo  estaba  sentada  a  aquella mesa.
Parecía insensible a las hordas de chicas que se le acercaban después de que se extendiera la noticia de nuestra ruptura, pero también estaba contento con que  nuestra  relación  hubiera  vuelto  a  su  estado platónico,  aunque  todavía  fuera  forzada.  Habíamos  pasado  casi  un  mes  separados,  y  ahora  me  sentía nerviosa e insegura cuando tenía que relacionarme con él.
Una vez que hubo acabado su almuerzo, el corazón me dio un vuelco cuando vi que se acercaba a mí por detrás y apoyaba las manos sobre mis hombros.
—¿Qué tal tus clases, Agus? —preguntó él.
Agus puso cara de disgusto.
—El primer día da asco. Solo horarios y reglas. Ni siquiera sé por qué aparezco la primera semana. ¿Y tú qué tal?
—Eh…, bueno, todo forma parte del juego. ¿Qué hay de ti, Paloma? —me preguntó.
—Igual —dije, procurando que mi voz sonara relajada.
— ¿Has pasado unas buenas vacaciones? —me preguntó, balanceándome juguetón de un lado a otro.
—Bastante, sí. —Hice lo posible por parecer convincente.
—Genial, ahora tengo otra clase. Nos vemos luego.

Observé cómo se marchaba directamente hacia las puertas. Las abrió de un empujón y se encendió un cigarrillo mientras caminaba.
—Vaya —dijo Cande con voz aguda.
Observó a Peter atajar por el césped nevado, y después sacudió la cabeza.
— ¿Qué ocurre? —preguntó Agus.
Cande apoyó el mentón sobre la palma de la mano, con aspecto algo desconcertado.
—Eso ha sido bastante raro, ¿no?
—¿Por qué? —preguntó Agus, apartando la trenza morena de Cande para rozarle el cuello con los labios.
Cande sonrió y se inclinó para besarlo.
—Está casi normal…, tan normal como puede estar Peter. ¿Qué le pasa?
Agus sacudió la cabeza y se encogió de hombros.
—No lo sé. Lleva así ya un tiempo.
—¿No te parece injusto, Lali? Él está bien y tú, hecha un asco —dijo Cande sin preocuparse de quienes nos escuchaban.
—¿Estás hecha un asco? —me preguntó Agus sorprendido.
Me quedé boquiabierta y me ruboricé por la vergüenza que sentí al instante.
—Pues claro que no.
Cande removió la ensalada de su cuenco.
—Bueno, pero él está casi exultante.
—Déjalo, Can—la avisé.
Ella se encogió de hombros y siguió comiendo.
—Me parece que está fingiendo.
Agus le dio un codazo.
—¿Cande? ¿Vendrás a la fiesta de citas de San Valentín conmigo o no?
—¿No me lo puedes pedir como un novio normal, es decir, con educación?
—Te lo he pedido… varias veces. Y siempre me respondes que te lo pregunte después.
Se desplomó en su asiento, haciendo pucheros.
—Es que no quiero ir sin Lali.
Agus puso cara de frustración.
—La última vez estuvo todo el tiempo con Peter. Apenas la viste.
—Deja de comportarte como un bebé, Can—dije, lanzándole una ramita de apio. Pablo me dio un codazo.
—Te llevaría, tesoro, pero no me van los chicos de la fraternidad, lo siento.
—De hecho, es una buena idea —dijo Agus, con ojos brillantes.
Pablo hizo una mueca de disgusto ante la idea.
—No soy de los Sig Tau, Agus. No soy nada. Las hermandades van en contra de mi religión.
—Pablo, por favor —se lo pidió Cande.
—Esto es un déjà-vu —mascullé.
Pablo me miró por el rabillo del ojo y luego suspiró.
—No es nada personal, Lali. Tampoco puedo decir que nunca haya tenido una cita… con una chica.
—Lo sé. —Sacudí  la  cabeza  con  despreocupación,  procurando  ocultar  la  profunda  vergüenza  que sentía—. No pasa nada. De verdad.

—Necesito que vayas—dijo Cande—. Hicimos un pacto, ¿te acuerdas? Nada de ir a fiestas solas.
—No estarás sola, Can. Deja de ser tan dramática —respondí, aburrida ya de la conversación.
—¿Quieres dramatismo? ¡Te llevé una papelera al lado de la cama, te aguanté una caja de pañuelos de  papel  durante  toda  la  noche  y  me  levanté  a  por  tu  medicina  para  la  tos  dos  veces  durante  las vacaciones! ¡Me lo debes!
Arrugué la nariz.
—¡Cuántas veces te he recogido el pelo para que no se te manchara de vómito, Candela!
—¡Me estornudaste en plena cara! —dijo ella, señalándose la nariz.
Me  aparté  el  flequillo  de  los  ojos  de  un  soplido.  Nunca  podía  discutir  con Cande cuando  estaba decidida a salirse con la suya.
—Vale —dije entre dientes.
—¿Pablo? —le pregunté con mi mejor sonrisa falsa—. ¿Querrías acompañarme a la estúpida fiesta de San Valentín de Sig Tau?
Pablo me abrazó.
—Sí, pero solo porque has dicho que era estúpida.
De camino a clase con Pablo después del almuerzo, seguimos hablando sobre la fiesta de citas y lo mucho  que  ambos  la  temíamos.  Elegimos  un  par  de  mesas  en  nuestra  clase  de  Fisiología,  y  sacudí  la cabeza cuando el profesor empezó a detallar el cuarto plan de estudios del día. La nieve empezó a caer de  nuevo,  golpeando  contra  las  ventanas,  rogando  entrar  educadamente  para  acabar  cayendo decepcionada al suelo.
Cuando la clase acabó, un chico al que solo había visto una vez en la casa de Sig Tau dio un golpe en mi mesa al pasar y me guiñó un ojo. Le respondí con una sonrisa educada y después me volví hacia Pablo.
Él me lanzó una sonrisa irónica, mientras yo recogía mi libro y mi portátil, y los guardaba en mi mochila sin esfuerzo.
Me colgué la bolsa del hombro y caminamos con dificultad hasta Morgan por la acera cubierta de sal.
Un  pequeño  grupo  de  estudiante  había  empezado  una  pelea  de  bolas  de  nieve  en  el  césped,  y  Pablo se estremeció al verlos cubiertos de polvo incoloro. Mientras hacía compañía a Pablo hasta que se acabara el  cigarrillo,  noté  que  me  temblaba  la  rodilla. Cande vino  disparada  hacia  nosotros,  frotándose  sus mitones verde brillante.
—¿Dónde está Agus? —pregunté.
—Se ha ido a casa. Peter necesitaba ayuda con algo, creo.
—¿Y no has ido con él?
—No vivo allí, Lali.
—Eso, en teoría —le dijo Pablo guiñándole un ojo.
Cande puso los ojos en blanco.
—Disfruto pasando tiempo con mi novio.
Pablo tiró su cigarrillo a la nieve.
—Me voy, señoritas. ¿Nos vemos en la cena?
Cande y  yo  asentimos,  sonriendo  cuando  Pablo me  besó  primero  a  mí  en  la  mejilla  y  luego  a Cande.  Se  quedó  en  la  acera  húmeda,  procurando  no  salirse  del  centro  para  no  dar  un  mal  paso  y caerse en la nieve.

Cande meneó la cabeza al ver sus esfuerzos.
—Es ridículo.
—Es de Florida, Can. No está acostumbrado a la nieve.
Se rio y me empujó hacia la puerta.
—¡Lali!
Me volví y vi a Gaston que pasaba corriendo junto a Pablo. Se paró y tuvo que esperar a recuperar algo  de  aliento  antes  de  hablar.  Su  voluminoso  abrigo  gris  se  hinchaba  con  cada  respiración,  y  me  reí ante la mirada curiosa con la que Cande lo observaba.
—¡Iba a… uf! Iba a preguntarte si querías ir a comer algo esta noche.
—Oh. Pues…, pues la verdad es que ya le he dicho a Pablo que cenaría con él.
—Muy bien, no pasa nada. Solo quería probar ese sitio nuevo de hamburguesas del centro. Todo el mundo dice que es muy bueno.
—Tal vez otro día —dije, cayendo en la cuenta de mi error.
Deseé  que  no  interpretara  mi  respuesta  frívola  como  un  aplazamiento. Gastón asintió, se metió  las manos en los bolsillos y rápidamente volvió por donde había venido.
Euge estaba leyendo las próximas lecciones de sus nuevos libros y, cuando Cande y yo entramos, nos recibió con una mueca de disgusto. Su mal carácter no había mejorado después de las vacaciones.
Antes, solía pasar tanto tiempo en casa de Peter que podía aguantar los insufribles comentarios y actitudes de Euge. Sin embargo, después de pasar cada tarde y noche con ella durante las dos semanas anteriores a que el semestre acabara, me di cuenta de que mi decisión de no compartir habitación con Cande era más que lamentable.
—Oh, Euge, no sabes cómo te he echado de menos —dijo Cande.
—El sentimiento es mutuo —gruñó Euge, sin apartar la mirada de su libro.

Continuará...
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Espero que les guste. Dejen sus lindos comentarios :)
Mi Twitter es: @Casijuegosca sigo a todos los que me siguen
Me llamo Cielo, si quieren llámenme por mi nombre besos a todos!

Disculpen no subi antes porque no los tenia preparados y no me pude sentar ahora sii

+20 y subo maas! :D

25 comentarios:

  1. ya quiero leer el proximo encuentro =P besos!!!!!!!!!!!!!!

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  2. ya quiero saber mas y mas de tu nove, de verdad me encanta =)

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  3. hermoso cap
    me super encanto
    espero el proximo
    beso

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  4. MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

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  5. mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  6. Me encanta. Espero más Novela

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  7. Muy bueno!!! Quiero otro porfas!!!

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  8. que bueno que subiste!!! pero quiero laliter!!!! porfiiiii

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  9. AMO TU NOVELA, ERES LA MEJOR

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  10. Me caes muy bien, gracias por subir y no dejar colgada la nove :)

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  11. mmmmmmmmmmmmaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssss

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  12. mas masssssssss
    me encanta
    soy Patricia

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  13. Te es un nombre divino
    Por sierto la nove es buenisima

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