Capítulo 71: "Por aquí"
—Por favor —susurré en la oscuridad—, que la
salida esté por aquí.
Noté el borde de otra puerta y, cuando me
abrí paso, un rayo de luz plateada brilló delante de mí. La luz de la luna se
filtraba por el cristal de la ventana, y un sollozo se me escapó de la
garganta.
—¡T… Trent! ¡Es aquí! —grité detrás de mí—.
¡Trent!
Agucé la vista y conseguí vislumbrar un
pequeño movimiento en la distancia.
—¿Trent? —grité, mientras el corazón me
latía salvaje contra el pecho.
Al cabo de un momento, unas sombras bailaron
en las paredes; abrí los ojos como platos cuando me di cuenta
de que lo que creía
que eran personas,
en realidad, era
la luz titilante
de las llamas
que se acercaban.
—¡Oh, Dios mío! —dije alzando la vista a la
ventana.
Peter la había cerrado después de entrar y
estaba demasiado alta para alcanzarla.
Busqué a mi alrededor algo a lo que poder
subirme. La habitación estaba llena de muebles de madera cubiertos de sábanas
blancas, las mismas que alimentarían el fuego hasta que la habitación se
convirtiera en un infierno.
Cogí un trozo de tela blanco que cubría un
pupitre. Una nube de polvo me rodeó cuando tiré la sábana al suelo, y empujé el
voluminoso mueble de madera hasta el espacio que había detrás de la ventana. Lo
pegué a
la pared y
me subí, mientras
tosía por el
humo que lentamente
se colaba en
la habitación. La ventana seguía estando unos metros por
encima de mí.
Con
un gruñido, intenté
empujarla, moviendo adelante
y atrás el
cierre con cada
empujón. Sin embargo, no había manera
de que cediera.
—¡Vamos, maldita sea! —grité, apoyándome en
los brazos.
Me
eché hacia atrás
e intenté usar
el peso de
mi cuerpo para
hacer más fuerza,
pero tampoco así conseguí abrirla. Al ver que nada de eso
funcionaba, deslicé las uñas por debajo de los bordes, tirando hasta que creí
que me había arrancado las uñas. Por el rabillo del ojo, vi una luz que
resplandecía, y grité cuando el fuego
empezó a devorar
las sábanas blancas
que flanqueaban el
pasillo por el que
había llegado minutos antes.
Miré a la ventana y de nuevo clavé las uñas
en los bordes. Los bordes metálicos se me clavaron en la carne y empezaron a
sangrarme las yemas de los dedos. El instinto se impuso sobre cualquier otro
sentido y golpeé el cristal con los puños. Conseguí abrir una grieta en el
vidrio, pero con cada golpe también me hería y sangraba.
Golpeé
el cristal una
vez más con
el puño y,
después, me quité
el zapato y lo lancé
con todas mis fuerzas. A lo
lejos, sonaban sirenas
y sollocé, golpeando
las palmas contra
la ventana. El
resto de mi vida estaba solo a unos centímetros de
distancia, al otro lado del cristal. Arañé los bordes una vez más y después me
puse a golpear el cristal con ambas manos.
—¡Que alguien me ayude! —grité, al ver que
las llamas se acercaban—. ¡Que alguien me ayude!
Oí una débil tos detrás de mí.
—¿Paloma?
Me volví al oír esa voz familiar. Peter
apareció por una puerta que había detrás de mí; tenía la cara y la ropa
cubiertas de hollín.
—¡Peter!
—grité.
Me bajé del pupitre y corrí hasta donde él
estaba, exhausta y sucia.
Me choqué con él, y me envolvió con sus
brazos, mientras tosía al intentar respirar.
Me cogió las mejillas con las manos.
—¿Dónde está Trent? —dijo él con voz áspera
y débil.
—¡Se ha ido con ellos! —gemí, mientras
lloraba a lágrima viva—. Intenté que viniera conmigo, ¡pero no quiso!
Peter miró al fuego que se acercaba y
levantó las cejas. Respiré y tosí cuando se me llenaron los pulmones de humo.
Se volvió a mirarme con los ojos llenos de lágrimas.
—¡Vamos a salir de aquí, Paloma! —Apretó los
labios contra los míos en un movimiento rápido y firme, y después se subió a mi
escalera improvisada.
Empujó
la ventana y
giró el cierre.
Cuando usó toda
su fuerza contra
el cristal le
temblaron los músculos de los
brazos.
—¡Apártate, Lali! ¡Voy a romper el cristal!
Demasiado asustada para moverme, solo
conseguí apartarme un paso de nuestra única salida. Peter dobló el
codo, echó el
puño hacia atrás
y, dando un
grito, lo clavó
con fuerza en
la ventana. Me
di la vuelta y me protegí la cara
con las manos ensangrentadas, cuando el cristal se hizo añicos sobre mí.
—¡Vamos! —gritó él, tendiéndome la mano.
El calor del fuego inundó la habitación; en
ese momento, Peter me levantó del suelo, elevándome en el aire, y tiró de mí
hacia fuera.
Esperé
de rodillas a
que Peter trepara y
saliera; después lo
ayudé a que
se pusiera de
pie. Las sirenas atronaban desde
el otro lado del edificio; luces rojas y azules de los camiones de bomberos y
de los coches de policía bailaban sobre las paredes de ladrillo de los
edificios aledaños.
Corrimos hacia el grupo de gente que estaba
de pie delante del edificio y repasamos las caras sucias en busca de Trent.
Peter gritó el nombre de su hermano; cada vez que lo llamaba, su voz se volvía
más y más desesperada. Cogió su teléfono, comprobó si tenía alguna llamada
perdida y, después, lo cerró de golpe, tapándose la boca con su mano
ennegrecida.
—¡Trent! —gritó Peter, alargando el cuello
para buscar entre la multitud.
Quienes
habían escapado se
abrazaban y lloraban
detrás de los
vehículos de los
servicios de emergencia, mientras
observaban horrorizados cómo el camión autobomba lanzaba agua por las ventanas
y los bomberos corrían al interior, arrastrando mangueras tras ellos.
Peter se pasó la mano por la visera de su
gorra, mientras sacudía la cabeza.
—No ha conseguido salir —susurró él—. No ha
conseguido salir, Paloma.
Se me cortó el aliento cuando vi que las
lágrimas surcaban sus mejillas cubiertas de hollín. Cayó de rodillas al suelo y
yo me caí con él.
—Trent es listo, Peter. Seguro que ha
salido. Tiene que haber encontrado un camino diferente —dije, intentando
convencerme también a mí misma.
Peter se derrumbó en mi regazo, cogiéndome
la camiseta con ambos puños. Yo lo abracé. No sabía qué más hacer.
Pasó una hora. Los gritos y llantos de los
supervivientes y espectadores del exterior del edificio se habían convertido en
un silencio inquietante. Cada vez con menos esperanza, vimos cómo los bomberos
sacaban a dos
personas, pero después
solo salían con
las manos vacías.
Mientras el personal
de emergencias atendía a los heridos y las ambulancias se adentraban en
la noche con víctimas quemadas, esperamos. Media hora después, solo sacaban
cuerpos por los que no se podía hacer nada. En el suelo, alinearon a los
fallecidos, que superaban con creces al número de los que habíamos escapado.
Peter no apartaba la mirada de la puerta, esperando a que sacaran a su hermano
de entre las cenizas.
—¿Peter?
Nos dimos la vuelta al mismo tiempo y vimos
a Adam de pie a nuestro lado. Peter se levantó y tiró de mí al hacerlo.
—Me
alegra ver que
habéis conseguido salir,
chicos —dijo Adam,
que parecía estupefacto
y perplejo—. ¿Dónde está Trent?
Peter no respondió.
Nuestros ojos regresaron a los restos
calcinados de Keaton Hall, de cuyas ventanas todavía salía un humo negro.
Enterré la cara
en el pecho
de Peter y cerré
con fuerza los
ojos, esperando despertar
de aquella pesadilla en cualquier momento.
—Tengo…, eh… Tengo que llamar a mi padre
—dijo Peter, mientras abría el teléfono con el ceño fruncido.
Cogí aire y esperé que mi voz sonara más
fuerte de lo que yo me sentía.
—Tal vez deberías esperar. Todavía no
sabemos nada.
Apartó los ojos de los números y le tembló
el labio.
—Esto es una mierda. Trent nunca debería
haber estado ahí.
—Ha sido un accidente, Peter. No podías
prever que pasara algo así —dije, tocándole la mejilla.
Frunció el ceño y cerró con fuerza los ojos.
Respiró hondo y empezó a marcar el número de su padre.
Continuará...
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Espero que les guste. Dejen sus lindos comentarios :)
Mi Twitter es: @Casijuegosca sigo a todos los que me siguen
Me llamo Cielo, si quieren llámenme por mi nombre besos a todos!
INFORMACION IMPORTANTE:
Quedan 2 capítulos y epilogo :D
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Quedan 2 capítulos y epilogo :D
seguila porfa ni me dejes con la intriga seguila
ResponderBorrarque la paso a trent?
Se arriesgó x Lali .
ResponderBorrarK no le pase nada a Trent,ojalá haya conseguido salir.
Más me encanta!!
ResponderBorrarOk, soy yo de nuevo, acabo de ver que me contaste ya, ahora tengo que irme pero lo leo y mas tarde te contesto vale??? Besoooosss amiguita!
ResponderBorrarY no se subio mi otro coment, me quiero matar!!!!! (Soy Maria) te firme antes de ponerte ese.. Bueno, ahora no puedo hablar demasiado pero te dije que muy triste lo de Trent, ojala Lali trnga razon y consiguiera escapar... Tendria que haber confiado en ella!!! Y nada, que me tienes muy enganchada a tus dos novelas, ya no solo a esta jajajaja mas tarde te contesto a tus novedades si? Ahora no puedo pero juro pasarme despues! Besoooo:)
ResponderBorrarAmigaaaa soy Maria, ya estoy por aqui otra vez jajajaja tengo que decirte varias cosas: me parecio muy sincero y muy bonito lo qur le dijiste a Ramon, que linda amiga. Viste que si hablabas con el y le mostrabas tus sentimientos iban a estar bien? Me alegro mucho:)
ResponderBorrarTambien decirte que mori de ternura con el, te lo juroooo!! Mas tierno... Y se emociona y todo, aii me encanta me lo dejas? Jajajajaja no enserio, lo que daria yo por tener un amigo asi, cuidalo si??? Y contame... A ti te dieron ganas de besarlo cuando hablaron de eso? Aii esque hacen tam buena pareja. Entonces... El te reconocio que esta enamorado de ti no? Mas o menos como que te dijo que si alguien te deja el no va a desaprovechar la oportunidad... Bueno, yo entendi que queria estar contigo, pero tu lo conoces mas asi que capaz me equivoco ajjaja
Aaaahh y decirte que a mi no me pasan esas cosas tan copadaaas!!! Aqui no gay Juan Pedros Lanzanis, ni buenas ondas ni nada jajajaja seguro que ese chico era genial! Y decime, cuando te vieron hablar con el tus hombres no se pusieron celosos? Jajajaja tendrias que haberte hecho una foto con el, y le decias: para mi amiga Maria jajajajaja
Bueno amiga espero tus respuestas:) besossss!!!